jueves, 10 de junio de 2010

FOMENTAR EL ESPÍRITU CRÍTICO EN NUESTROS HIJOS FRENTE A LA TELEVISIÓN, EL CINE E INTERNET. JULIÁN ESCRIBAN

Entonces, los hijos éramos nosotros. "Esta semana, gran programa doble". El sábado o el domingo por la tarde nos daban en casa las pesetas para pasar la tarde mágica junto a los amigos en el cine del barrio con "una de romanos", "una de selva", "una de convoys" -queríamos decir "cowboys", pero la fiebre del inglés estaba aún por venir-, "una de policías" y, si había mala suerte, "una de amor". ("Tarzán" y "El gordo y el flaco" tenían categorías aparte.) ¡Ah, y el bocadillo! Los olores a chorizo y a tortilla se mezclaban con el ambientador de ozonopino. La gloria, entonces, olía así.