martes, 12 de octubre de 2010

¡QUÉ IMPORTANTE ES SER RESPONSABLE! Ana Aznar

Según Rousseau, educar niños responsables consiste en dejar que se enfrenten a las consecuencias de sus actos: si tira algo, debe recogerlo; si rompe el lápiz de su hermana, le dará uno de los suyos; si llega 15 minutos tarde, al día siguiente tendrá que llegar 15 minutos antes de lo habitual; si no toma el segundo plato, tampoco puede pasar al postre, etc.


Los adolescentes realizan actos que, en principio, nos pueden parecer nimiedades y a los que quizá no demos excesiva importancia: un día copian en un examen, otro "fardan" de haber robado un colorete en unos grandes almacenes o es el héroe de la padilla por ir a una fiesta, tras haber mentido a los padres. Podemos pensar, "Cosas de adolescentes"; sí, por supuesto, pero de adolescentes irresponsables.

¿Qué supone ser responsable?

Según la Real Academia Española la responsabilidad "hace referencia a la capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente". Así, la responsabilidad alude a la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas en todo momento.

Pero, para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios, al menos, dos requisitos:

1. La libertad: para que exista responsabilidad las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón y éste es imprescindible para la libertad.

2. La norma: debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. Pueden ser las normas establecidas en casa por los padres, las leyes del Estado o las normas morales por la que se rige cada persona.

Para reconocer algo, primero hay que conocerlo

Un error frecuente es exigirles a nuestros hijos comportamientos que no "les hemos explicado" previamente. Así, por ejemplo, podemos prohibirle a un hijo que vea la televisión entre semana "Porque soy tu padre y aquí se hace lo que yo digo". Lógicamente, en la primera oportunidad que se encuentre solo, no dudará en poner su serie favorita, pues ya se siente mayor y su razonamiento será: "La veo porque me da la gana". Si por el contrario, le explicamos que si llega del colegio y antes de la cena tan solo cuenta, en el mejor de los casos, con tres horas para hacer sus deberes -en la ESO llevan bastantes tareas para casa- y dedica un tercio a ver la televisión, más un rato para hablar por teléfono con los amigos, otro para merendar, unos minutos para organizar la tarea, etc., etc., le quedará una hora escasa por lo que, probablemente, no logrará terminar a tiempo Esta explicación, en la que e hijo intuye que buscamos su bien y no imponer nuestra voluntad, le ayudará a razonar a comprender que "a diario no es recomendable perder el tiempo delante de la caja tonta".

En este sentido, al igual que le debemos dar explicaciones pues el entendimiento guía a la voluntad, tenemos que lograr que en casa se respire un ambiente de respeto hacia los demás y de aprovechamiento del tiempo. Siguiendo con el caso anterior, si le decimos que no se ve la tele y nos sentamos a las siete de la tarde en el sofá mientras emiten un programa de cotilleo, lógicamente, no entenderán nuestros razonamientos. Por el contrario, si le hacemos ver que de lunes a viernes es "tiempo de trabajo" ¡para todos!, verá normal que lleguemos a casa, merendemos y cada uno se dedique a sus quehaceres: los deberes, leer un rato los más pequeños, cocinar o escribir en el ordenador. Así, lograremos que en nuestra casa sea posible dedicarse a estudiar o trabajar, por lo que será normal que no podamos pasarle la llamada de un amigo si no es urgente, o que no se permita a otro hermano poner música que pudiera desconcentrar al resto. Le estaremos enseñando a ser responsable con sus estudios, con su tiempo y con las necesidades de los demás, pues la responsabilidad también nos debe llevar a facilitar la vida a aquellos que nos rodean.

Sólo será responsable si es dueño de sí mismo

Una vez que se conoce, que se sabe diferenciar entre el bien y el mal, tendrá que hacer diariamente pequeños actos libres encaminados a educar y fortalecer su voluntad. Sólo quien es dueño de sí mismo lo es de sus actos, es capaz de contenerse y no hacer el tonto en clase, por ejemplo, o morderse la lengua antes de soltar un taco a un amigo. Con este dominio será capaz de apagar la televisión si sale una escena poco conveniente, aunque esté solo y la serie la vean todos sus compañeros de clase. Si logra dominarse tendrá la capacidad de hacer en cada momento lo que desee, lo que crea que debe hacer y no lo que demande su instinto o apetencias.

La responsabilidad va encaminada a lograr la madurez de la persona y sólo se es maduro cuando se es capaz de reflexionar antes de actuar. Poco a poco, debemos ayudarles a cambiar sus actos primarios, por modos de comportarse más secundarios. Por ejemplo: "Si sabes que a este amigo le molesta que le llames "friki", aunque te caiga fatal, ¡no lo hagas!". La persona madura es la que sabe tener en cuenta al otro, es el que sabe que su libertad, su "hago lo que me da la gana" termina donde empieza el respeto al otro, pues no hago lo que ofende a otros, sino me esfuerzo por agradar a los demás.

Para ser responsable debe también conocer las consecuencias de sus actos y lo que cada decisión supondrá para él y su entorno. No podemos pedirle a un hijo que sea responsable si no es "consciente" de lo que supone realizar ciertos hechos. Por esta razón, es tan importante hablar mucho con los hijos, explicarles por qué creemos que no debe hacer tal cosa, ya que, poco a poco tendrán que ir decidiendo ellos y nosotros aprender a respetar sus decisiones. Quien no siente la libertad de decidir, no siente la responsabilidad de asumir las consecuencias que cada acto conlleva.

Ocasiones para ejercer la responsabilidad

Es obvio que para desarrollar la responsabilidad hay que dar responsabilidades. Si sobreprotegemos a nuestros hijos y les evitamos tareas que ellos pueden realizar, no les dejaremos crecer como personas. Los adolescentes, entre otras, pueden tener las siguientes responsabilidades:

→ Hacer todos los deberes sin que nadie se lo recuerde.
→Ordenar su habitación, incluyendo los armarios ordenados y la cama bien hecha.
→ Organizar sus fiestas de cumpleaños.
→ Acudir a las actividades extraescolares con el equipamiento adecuado.
→ Aseo e higiene personal. Ducharse diariamente dejando el baño aseado.
→ Fregar los platos, quitar el polvo, fregar el suelo.
→ Doblar y recoger su ropa.
→ Prepararse el almuerzo y la merienda. Cocinar comidas sencillas.
→ Organizar su ocio y tiempo libre. Llevar las llaves de casa.
→ Anotar en la lista de la compra cosas que faltan.
→ Realizar compras.
→ Organizar sus libros y sus CDs de música.
→ Prepararse la maleta cuando se vade excursión o de campamento.
→ Acostarse a una hora razonable (23 h.).
→ Levantarse a la primera vez que se les llama o poniéndose el despertador.
→ Tomarse la medicación pautada por el médico.
→ Alimentarse de forma adecuada, evitando "caprichitos".

Para pensar...

→ EI castigo continuo no ayuda a desarrollar la responsabilidad, pues al final se acostumbran a ellos. Sólo aumentan sus sentimientos de culpa, inseguridad o rebeldía. Dejan de hacer un acto únicamente para evitar él castigo; una vez desaparezca éste, no tendrán problema en actuar de igual modo.
→ Los castigos sólo son útiles si van encaminados a solucionar las consecuencias de un acto. Por ejemplo, si tira la leche tendrá, como castigo, que recoger y limpiar todo para que quede como antes. No es efectivo que le castiguemos sin salir y nos pongamos a recoger nosotros.
→ Más tarde, con autoridad positiva debemos dialogar con elfos para ayudarles a reflexionar tanto para impedir que el acto negativo se repita, como para solucionar las consecuencias del mismo.
→ Debemos valorar el trabajo y el esfuerzo de los hijos ante cualquier actividad. Los mejores elogios para construir el sentido de la responsabilidad son: "Qué orgulloso debes estar con esto; qué bien te ha quedado; qué responsable; qué bien cuidas a tu hermana,... ".
→ Tenemos que educar en la libertad, pero poniendo límites y diciéndoles claramente lo que no se puede hacer y el porqué: Según van creciendo, hay que consensuar con los hijos unas normas y las consecuencias de su incumplimiento:
→ El adolescente debe marcarse sus propias metas. Por ejemplo, que se haga un horario "real" del tiempo que necesita para estudiar y en qué asignatura debe esforzarse más. Nosotros podemos asesorarle cuando ya lo tenga hecho, pero sin decirle lo que debe hacer.

… y actuar

Para llevar las riendas de su vida y sentir que la encamina hacia donde desea, debemos enseñarle a mirarse hacia dentro. Por ejemplo: si hace algo mal, como decirle un taco a un amigo, en lugar de "echarle la bronca"-como dicen ellos- podemos preguntarle: "Y ahora, ¿cómo te sientes?, ¿cómo crees que se sentirá el afectado?, ¿por qué lo has hecho? y, ¿qué has conseguido?'. Que él mismo reflexione: si se siente bien o mal; que aprenda a ponerse en la piel de los demás; además, tiene que ver si lo ha hecho por falta de voluntad o de manera inconsciente; y, finalmente, si ha logrado ser más feliz o no.

Publicado en Hacer Familia

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